jueves, 5 de julio de 2012

Las apariencias engañan.

Nada es como lo parece, me hago la fuerte, presumo ser valiente y por dentro me muero de ganas por llorar de rabia. No es todo como te lo digo, ni como te lo quiero decir, si te digo que no eres nada, miento, porque lo has sido todo. Y si te digo que no quiero volver a verte deberías de darte cuenta de que solo necesito volver a hacerlo.
Cuando te diga que todo está bien desde que te fuiste, no me creas, sigo siendo esa inútil que no sabe dar un paso al frente si no es a tu lado. Cuando no te hable, hablame, porque me muero de ganas por decirte lo que he estado haciendo todo este tiempo sin ti. Cuando aparente que no quiero saber nada de ti, solo hace falta que abras uno de mis libros y veas que en cada apartado está tu nombre. Cuando pienses que sonrío gracias a tu ausencia, te darás cuenta de que necesito tu presencia.